HDP se escuchaba a lo largo de toda la proyección del film, en la sala donde concurrí a ver esta película.
El clan. Sin dudas una familia escalofriante.
Los Puccio eran una familia de clase media de San Isidro.
Familia respetada , con hijos rugbiers, en particular Alejandro, wing del CASI y de Los Pumas.
Arquímedes, el padre de familia, trabajaba en la SIDE.
Los hechos que han dejado sin aliento durante años a los argentinos ocurrieron en los últimos años de la dictadura militar y los primeros de la presidencia de Alfonsín.
Esta familia, así tan «normal» que aparentaba, se dedicaron a secuestrar empresarios, pedir sus rescates y luego matarlos.
La película de Pablo Trapero se centra en la relación padre e hijo. Así hay una eterna tensión entre las contradicciones de Alejandro, Alex, que quiere revelarse frente a tanta locura, y su padre Arquimedes que permanentemente lo utiliza y no hay muchas opciones.
Alguna vez todos estuvimos en un momento visagra, en donde nos perdimos.
Pero sin dudas hay puntos que no tienen retorno, y hay perdida y perdidas personales. Sí bien Alex en cierta manera fue eligiendo su destino, no dudo de que estuvo condicionado. Me dio tristeza el final, y mucha bronca de como el hombre puede ser tan retorcido y enfermo. Y si bien hubo un hombre que ideaba, no puedo crear que había una familia que lo permitía y apañaba.
Esto último ya son juicios personales, como ya les dije, durante toda la pelí se escuchaba que hdp!!! Porque la convicción con la que se movía Arquímedes es escalofriante.
Cómo saben la idea es que la vayan a ver. Desde mi punto de vista esta muy bien lograda, si bien yo no vivía aún en esa época. O podríamos decir, que estaba en la panza y luego tenía apenas un año.
No concibo bajo ningún punto de vista este tipo de monstruos y no puedo creer, les juro que no lo entiendo, como el hombre puede llegar a tratar así a un otro semejante. Esta es una de tantas historias, donde el hombre se desconoce, y comete los peores horrores que pueden salir de él. Cuando desconoce la dignidad del otro, sacándole la subjetividad y trantandolo como objeto al otro, es donde se pierde para siempre.
Un film digno de ver. Donde sin dudas, la realidad supera la ficción. Lamentablemente.
Buen miércoles!
Pri